miércoles, 16 de mayo de 2012

INMOVILIDAD


La inmovilidad es un síndrome que deteriora
de manera significativa la calidad de vida de los adultos mayores. Obedece a diversas causas, que deben ser siempre estudiadas a fin de hallar factores corregibles, y asimismo debe ser tratada como un problema médico relevante en la atención del paciente mayor.
La inmovilidad aumenta con la edad. El 50% de los ancianos que se inmovilizan de forma aguda fallecen en un plazo de 6 meses.
 Determinar las causa de la inmovilidad es complejo, ya que en un 80% de los casos, los factores que conducen a la inmovilidad son múltiples, encontrándose en solo un 20% de los casos una única causa de inmovilidad.

Causas

- El proceso fisiológico del envejecimiento:
Afecta la situación general del anciano, limitando de por sí la movilidad y sus capacidades de relación con el entorno. Convirtiéndose el anciano en un sustrato vulnerable, al producir cambios en las 3 esferas, física, mental y social, alcanzando actividades tan complejas como son el control postural y la marcha.
- Enfermedades frecuentes:

Muchas enfermedades afectan predominantemente a los ancianos, siendo con frecuencia causa de inmovilidad. Entre ellas, y en cabeza, se incluyen las relacionadas con el aparato locomotor como artritis, fracturas, etc. 
Los mecanismos principales por los cuales las enfermedades conducen a la inmovilidad son de forma resumida: el dolor y la rigidez; la parálisis y paresia; debilidad generalizada o síndrome constitucional; trastorno de la marcha (un 15% de los ancianos lo tienen en ausencia de enfermedad); miedo a caerse; incontinencia; confusión, depresión; alteraciones en los órganos de los sentidos.
- Causas ambientales:
Barreras arquitectónicas: obstáculos físicos tanto en el domicilio como en el exterior. 
· Inexistencia de elementos de ayuda (bastones, andadores, pasamanos,..)
- Factores sociales: 
Soledad, falta de apoyo.

Consecuencias

Son múltiples las limitaciones que causa la inmovilidad.
Sociales. Destacan las pérdidas del empleo, de actividades esparcimiento, de relaciones sociales, de la capacidad cuidar a terceros y de autocuidado.
Psicológicas. Puede haber depresión, temor a las caídas, pérdida del control e incapacidad aprendida.
Físicas. Puede conducir a caídas, incontinencia, pérdida de fuerza y capacidad aeróbica, alteraciones metabólicas (disminución de glucosa, balance negativo de calcio y nitrógeno), úlceras por decúbito, contracturas y trombosis venosa profunda y embolia pulmonar.

Tratamiento

Manejo de la inmovilidad

Además del tratamiento de todos los factores identificados como contribuyentes a la inmovilidad, el peligro del reposo prolongado en cama debe ser reconocido y evitado.

 Manejo de complicaciones específicas

Ulceras de decúbito. Son una grave complicación de la inmovilidad y están frecuentemente asociadas a hospitalizaciones prolongadas y costosas, con alto grado mortalidad.
El manejo del dolor producido por las úlceras es muy importante, ya que contribuye a una mejoría más rápida y cooperación más activa del paciente.

Debilidad muscular, baja de peso y osteoporosis. Los ejercicios graduados y deambulación temprana son efectivos aun en los pacientes con más años y más frágiles. A nivel del músculo esquelético se produce una reducción de la cantidad de ATP y glicógeno celular, la velocidad de degradación proteica aumenta y tanto la fuerza como la velocidad de acortamiento de las miofibrillas disminuye. Es frecuente encontrar hipercalcemia en estos pacientes, la cual se revierte con el ejercicio.
 Acortamientos y retracciones musculares. Estas pueden ser evitadas por la temprana instalación de ejercicios para mantener o mejorar rangos de movilidad articular.
 Trombosis venosa. Tiene especial interés, por la altísima morbi-mortalidad que acarrea. La presencia de trombosis venosa profunda y tromboembolismo pulmonar puede darse en pacientes por el solo hecho de estar inmóviles y en mucho mayor medida en aquellos que tienen factores congénitos condicionantes para estas enfermedades.
Las medidas para evitar estas complicaciones, junto al ejercicio físico, son la utilización de heparina profiláctica, ya sea no fraccionada o de bajo peso molecular o el vendaje intermitente de extremidades inferiores.
 Incontinencia urinaria y fecal. Es frecuente que estos pacientes sufran incontinencia fecal e incontinencia urinaria por fecaloma. Por lo tanto, debe realizarse tacto rectal frente a la sospecha de este cuadro y manejarse una dieta rica en fibra, líquido abundante.

BIBLIOGRAFÍA

Gac H. Inmovilidad en el adulto mayor. Boletín de la escuela de medicina.2000.vol 29. nº 1-2. Revisado de:http://escuela.med.puc.cl/publ/boletin/geriatria/InmobilidadAdulto.html


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