lunes, 30 de abril de 2012

DIETA PARA DISFAGIA

Disfagia:
Es al dificultad para tragar o deglutir los elementos líquidos y sólidos por afectación de una o más fases de la deglución.
Los trastornos de la deglución se dividen en: orofaringea (la más frecuente) y esofáringea.

Disfagia orofaringeadificultad de penetración del alimento, sólido o líquido, desde la bucofaringe hasta el esófago cervical. Puede manifestarse de forma variable, desde una ligera dificultad para iniciar la deglución, hasta la imposibilidad de deglutir la saliva.
Disfagia esofáringea: puede tener origen motor o ser debida a obstrucciones mecánicas. La disfagia debida a trastornos de la motilidad se debe a una actividad motora anómala de la musculatura lisa del cuerpo esofágico y/o del esfínter esofágico interno.

Existe una necesidad de valorar adecuadamente al paciente con DISFAGIA, de hacer un seguimiento y de personalizar la dieta. 
El papel de enfermería es fundamental en la detección precoz y que la dieta equilibrada y adaptada es básico para prevenir desnutriciones y otras complicaciones. Entendemos que hay que ver al paciente de una manera integral, siempre pensando en mejorar cada día la calidad de los cuidados prestados a los paciente.

Dieta para paciente con disfagia en el hospital:
1. Suministrar a los pacientes un plato único enriquecido con albúmina acompañado de dos postres, uno a base de fruta triturada y uno lácteo.
2. Ampliar la gama de productos químicamente definidos en la composición de los menús, de tal forma que conozcamos exactamente el valor Nutricional de las Dietas para Disfagia y así conseguir con poco volumen de alimentos alcanzar al menos 1800 calorías para cada paciente.
3. Se modifican las proporciones de nutrientes aumentando ligeramente las proteínas

Las enfermeras debemos tener conocimientos útiles de detección precoz de la DISFAGIA para la adecuación de la dieta lo más precozmente que podamos. Muchos pacientes cuando ingresan en un hospital, lo hacen con una dieta triturada normal y es a partir de algún atragantamiento, tos persistente durante la comida o alguna aspiración cuando se les prescribe la dieta para disfagia. Por tanto, podemos prevenir una alimentación inadecuada así como, el comienzo de otros problemas de salud derivados de este trastorno.
 
Se hace necesario realizar cada cierto tiempo una evaluación y revisión del propio proceso de elaboración y diseño de las dietas que se da en el hospital destinadas a mejorar cada día la calidad del servicio que se presta a los pacientes.

BIBLIOGRAFÍA 

Moreno C., García M. J., Martinez C.. Análisis de situación y adecuación de dietas para disfagia en un hospital provincial. Nutr. Hosp. [revista en la Internet]. 2006 Feb [citado 2012 Mayo 27] ; 21(1): 26-31. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0212-16112006000100006&lng=es.

miércoles, 25 de abril de 2012

PREVENIR LAS CAIDAS

En las personas mayores es natural la pérdida de control del equilibrio, las dificultades en el andar y la disminución de la visión.


Caida: consecuencia de cualquier acontecimiento que precipite a la persona al suelo en contra de su voluntad (OMS).




Se estima que alrededor del 30 % de las personas mayores de 65 años, se caen por lo menos una vez al año y este número aumenta hasta el 50 % para los mayores de 80 años.
Las caidas constituyen una causa importante de lesiones(4-8%) de fracturas de incapacidad e incluso de muerte en los ancianos y son indicador importante en geriatría al definir al anciano frágil.
Por otra parte, los obstáculos que pueden encontrar en el hogar, como suelos resbaladizos, baños mal equipados, escaleras mal iluminadas, contribuyen a que las caídas sean los accidentes más frecuentes que sufren los ancianos en el hogar.
Es por ello que se hace necesario intervenir preventivamente a ancianos y familiares o cuidadores sobre las caídas.
Debe realizarse una intervención educativa al paciente y la familia, si esto se lleva a cabo, se alcanzan resultados satisfactorios sobre todo entre los familiares o cuidadores y en el reconocimiento de factores intrínsecos y de factores extrínsecos.

Factores extrínsecos:

-Riesgos ambientales generales
Iluminación inadecuada, suelos resbaladizos, superficies irregulares, barreras arquitectónicas, espacios reducidos, mobiliario inadecuado, entorno desconocido, condiciones meteorológicas adversas, orografía del terreno, vías de acceso...

-Riesgos del entorno: 

Unidad asistencial:
Altura de las camillas/camas y ausencia de dispositivos de anclaje, altura y tamaño de las barandillas, espacios reducidos, dispositivos y moviliario asitenciales que se comportan como obstáculos, ausencia, ineficacia o mal funcionamiento de dispositivos de
apoyo, deambulación o estabilización.

Paciente :
Calzado o ropa inadecuada, falta o mala adaptación de gafas o audífonos, carencia inadecuada de ayudas técnicas para caminar o desplazarse...
Evacuación/ transferencia:
Vía y medio de evacuación, medidas de sujección física/ inmovilización, formación de los profesionales, efectos del transporte sobre la persona, proceso de salud/ enfermedad

Factores de riesgo intrínsecos:
Edad del paciente, historia de caídas previas, alteración del estado de conciencia, alteración de la capacidad de percepción sensorial, alteración de la capacidad motora, nivel funcional, alteración de la marcha, movilidad, trastornos de facultades mentales, del pensamiento, conducta, peso del paciente...

Para prevenir el riesgo de caidas en el hogar, principales consejos:
1. Mantener el suelo libre de obstáculos, sobre todo, en las zonas de transito entre las diferentes dependencias de Ia casa.
2. Evitar caminar sobre superficies resbaladizas o mojadas, sobre todo, si estamos descalzos.
 

   
3. Colocar adhesivos antideslizantes en el suelo de Ia bañera o de Ia ducha, para evitar las caidas de los ancianos.
4. No utilizar sillas, mesas, etc., de dudosa estabilidad para alcanzar un objeto situado a cierta altura.
5. Las escaleras de acceso a Ia vivienda deben disponer de pasamanos a uno o ambos lados en todos sus tramos.



BIBLIOGRAFÍA

Ferrer Herrera Ismael M, Jiménez Macías Ivonne, Hernández Pupo Onaida, Ferrer Tan Ismael J, Llanes Rodríguez Alberto. Intervención educativa en ancianos de una casa de abuelos sobre caídas en el hogar. AMC [revista en la Internet]. 2008 Dic [citado 2012 Mayo 27] ; 12(6): . Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1025-02552008000600008&lng=es.

martes, 24 de abril de 2012

LA FAMILIA Y EL ALZHEIMER


El alzheimer  es un trastorno progresivo del cerebro caracterizado por cambios degenerativos de las células nerviosas corticales y de las terminaciones nerviosas cerebrales. Deterioro irreversible de la memoria  y destrucción de las funciones intelectuales. La causa que la produce es desconocida. El factor de riesgo principal es la edad, el comienzo es insidioso, puede afectar a individuos de hasta 40 años, la enfermedad va progresando hasta la incapacidad.  

La enfermedad de Alzheimer constituye una de las principales causas de dependencia en las personas mayores. Como consecuencia, la atención a la familia que cuida de estos enfermos dependientes ha cobrado relevancia nacional.

Afrontar la enfermedad supone para la familia tener que redefinir roles, modificar expectativas, asumir alteraciones en las relaciones y responder a situaciones, a menudo, difíciles. Los profesionales de la salud y concretamente la Enfermería necesitan proporcionar una atención no sólo al enfermo y al cuidador principal, sino a toda la unidad familiar.
Actualmente, en España, cerca de 650.000 personas están afectadas por dicha enfermedad y se manifiestan más de 100.000 nuevos casos al año.
A nivel mundial, la familia es la institución, que en la mayoría de los casos, sustenta el cuidado de las personas con Alzheimer. Concretamente, en España, el 85% de las personas que asumen el cuidado de un enfermo de Alzheimer son familiares, de los cuales el 50% son hijos, un 25% cónyuges y el 25% restante otros familiares.
 Muchos de los familiares, que cuidan del enfermo, deben adoptar nuevos estilos de vida para poder afrontar las necesidades y la nueva situación, que en algunos casos es bien aceptada, mientras que en otros es percibida como impuesta. Los familiares, que cuidan a personas con demencia, están en riesgo de desarrollar problemas psicológicos y emocionales como depresión, ansiedad y estrés, además de verse afectada su satisfacción con la vida.
 


Conocer las necesidades del cuidador familiar, así como planificar intervenciones para intentar cubrirlas, hacen que el cuidado sea más apropiado y efectivo tanto para el enfermo que recibe el cuidado como para el cuidador, y en ocasiones, evita la aparición de problemas. Las necesidades pueden variar dependiendo de las circunstancias que rodean a la familia, la etapa del proceso demencial y el grado de dependencia del enfermo. Principales necesidades:La información acerca del proceso demencial y el progreso de la enfermedad, la adaptación del entorno, el significado que atribuya a la enfermedad y el proceso de cuidado, la disponibilidad y utilización de recursos.





Hay numerosos estudios de intervenciones dirigidas a cuidadores familiares de personas con procesos de demencia que se diferencian en su origen, su finalidad y sus estrategias. Entre otras se han desarrollado intervenciones psicoeducacionales, de soporte emocional, dirigidas al sentimiento de sobrecarga, de asistencia práctica, y multicomponentes. 




BIBLIOGRAFÍA



Esandi Larramendi Nuria, Canga-Armayor Ana. Family care and Alzheimer's disease: a literature review. Gerokomos [revista en la Internet]. 2011 Jun [citado 2012 Mayo 27] ; 22(2): 56-61. 
Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-928X2011000200002&lng=es. http://dx.doi.org/10.4321/S1134-928X2011000200002.

miércoles, 18 de abril de 2012

ULCERAS POR PRESIÓN

El inmovilismo se puede definir como la disminución de la capacidad para desempeñar actividades de la vida diaria por deterioro de las funciones motoras. Las principales causas de inmovilidad en el adulto mayor son la falta de fuerza o debilidad, la rigidez, el dolor, 
alteraciones del equilibrio y 
problemas psicológicos.
Generalmente a esa inmovilidad se añade la aparición de úlceras por presión por diferentes razones, lo cual se convierte en un problema de salud no porque sea alta su incidencia ni causa de muerte, sino porque afecta a la calidad de vida del paciente y cambia la dinámica familiar en tanto requiere empleo de recursos humanos y económicos.
Las úlceras por presión se definen como una lesión isquémica con posterior necrosis de la piel, del tejido subcutáneo, músculos y huesos, sometido a presión intensa durante un periodo corto o a una presión menos intensa durante un periodo prolongado, comprometiendo la circulación sanguínea produciendo una isquemia prolongada que acarrea una anóxia y esta una necrosis con pérdida de sustancia.
Se producen como consecuencia de la presión (fuerza perpendicular a la piel que produce aplastamiento tisular y que puede ocluir el flujo capilar en los tejidos blandos provocando hipoxia, y en caso de persistir durante un prolongado periodo de tiempo, necrosis) y de la fricción (fuerza tangencial producida por roces o movimientos).


La clasificación de las UPP se hace según la gravedad de la rotura de la piel y la profundidad de la lesión:
ESTADIO I-GRADO I: Presencia de eritema, la epidermis está íntegra, pero existe enrojecimiento de la zona afectada, se blanquea a la presión y vuelve a enrojecerse.
ESTADIO II-GRADO II: Hay rotura de la epidermis y de la dermis, aparece una úlcera cutánea superficial (flictena).
ESTADIO III-GRADO III: La rotura de la piel se extiende por toda la epidermis, dermis hasta el tejido subcutáneo, puede tener secreciones purulentas.
ESTADIO IV-GRADO IV: La rotura de la piel se extiende desde la epidermis, dermis, tejido subcutáneo, músculo y hueso.


MEDIDAS PREVENTIVAS
La prevención es sin dudas la mejor opción posible de tratamiento. Es esencial la identificación de los factores de riesgo que puedan aparecer de forma aislada o en combinación.
El examen de la piel al menos una vez al día, en especial de la piel que recubre las prominencias óseas.
Procedimientos:
ESTIMULAR LA CIRCULACIÓN SANGUÍNEA.
- Ejercicios activos y pasivos.
Masajes cutáneos con cremas humectantes. (Ni talco ni alcohol porque resecan la piel.)
CUIDADOS DE LA PIEL.
- Baño diario con toalla afelpada secando bien todo el cuerpo del paciente.
- Ropa de cama y personal limpia, seca y sin arrugas.
- Dieta rica en proteínas, vitaminas, fundamentalmente la vitamina C.
- Controlar la micción del paciente, mediante el pato, cuña o sonda vesical.
- Cambios posturales.

TRATAMIENTO DE UPP
- Ulcera grado I: aliviar presión en la zona, utilización de acidos grasos hiperoxigenados
- Ulcera grado II, III, IV: Desbridar el tejido necrótico, limpieza de la herida, prevención y abordaje de la infección, elección de un producto que mantenga el lecho de la ulcera humedo y a temperatura corporal.

En la población mayor de 60 años se observa un incremento del riesgo de úlceras por presión en la medida en que acerca a edades más avanzadas en estrecha relación con factores causales como son la pérdida del autovalidismo, la falta de deambulación, el control de la micción y, de manera general, la no implementación por parte de la familia de las medidas higiénicos sanitarias orientadas por el equipo de salud.

BIBLIOGRAFÍA




Álvarez de la Cruz C., Lorenzo González M.. Cuidados de enfermería en una población geriátrica con riesgos de úlcera por presión. Enferm. glob. [revista en la Internet]. 2011 Jul [citado 2012 Mayo 27] ; 10(23): 172-182. 
Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1695-61412011000300012&lng=es. http://dx.doi.org/10.4321/S1695-61412011000300012.